Con la rápida llegada del verano donde
generalmente se inicia el periodo de vacaciones, la mayoría inicia viajes a la playa o la montaña, sin embargo
aun no queremos asimilar el real peligro que estamos exponiendo a nuestros
seres queridos; se trata de la exposición excesiva a los rayos del Sol. Así es,
ese Sol que nos broncea en este tiempo de verano también nos acarreará
numerosos problemas en un futuro cercano,
El cáncer a la piel.
La radiación solar ultravioleta (UV.) es en
estos momentos la amenaza inmediata que debemos proteger, especialmente a los niños, según indicaciones diarias de los informativos y de
médicos dermatólogos. La hora de mayor peligro de la radiación UV es desde las
diez de la mañana a las cuatro de la tarde, para protegerse de esta radiación se
debe usar un bloqueador de factor mínimo 50 y se debe considerar además que después de bañarse se
debe aplicar nuevamente.
En diversas partes del país se han instalado
los denominados “Solmàforos” que muy pocos tomamos en cuenta y menos hacemos caso, estos instrumentos colocados
en lugares públicos nos advierten por medio de colores, similares a un semáforo, de los índices de peligrosidad de los rayos solares
de forma diaria. Color verde, indica buenas condiciones, color amarillo,
atención, tomar sol con precauciones y el color rojo, indica Peligro, no
exponerse al sol en los horarios indicados.
Hoy en día generalmente en permanente color Rojo.
RADIACION
ULTRA VIOLETA
El Sol diariamente
además de la luz y calor, emite grandes cantidades de radiación invisible al
ojo humano, son las llamadas radiación ultravioleta, que son el conjunto de
radiación del espectro electromagnético emitidos por el Sol, en longitudes de
onda menores que la radiación visible (luz).
Se conocen tres bandas de radiación
ultravioleta: UV-A, UV-B, y UV-C.
Radiación UV-A; es la radiación más cercana al
espectro visible y no es absorbida por la capa de ozono.
Radiación
UV-B; esta radiación es absorbida casi totalmente por la capa de ozono,
aunque algunos rayos de este tipo llegan a la superficie de la Tierra. Es un
tipo de radiación muy dañina, especialmente para el ADN. Provoca melanomas y
otros tipos de cáncer de piel, también se cree que puede estar relacionada con daños en algunos
materiales, cosechas y formas de vida marina.
Radiación UV-C; este tipo de radiación es
extremadamente peligrosa, pero afortunadamente es absorbida completamente por
el ozono y el oxigeno.
RADIACION QUE LLEGA A LA TIERRA
La cantidad de radiación UV-B que llega a la
superficie terrestre es filtrada mayoritariamente por el oxigeno y el ozono
estratosférico, que absorben entre el 97 al 99% de la radiación UV-B procedente del Sol. Depende de la
latitud y la altura sobre el nivel del
mar del lugar. Cerca de las zonas polares los rayos solares atraviesan capas más
espesas de la atmosfera, por lo que la exposición a la radiación UV-B es mucho
menor en los polos que en el ecuador.
EFECTOS PARA LA SALUD
Daños genéticos; la radiación UV-B interfiere directamente con los enlaces del
ADN dañando las moléculas, que generalmente es autoreparada, pero algunas
mutaciones persisten y pueden producir cáncer a la piel. El 90% del cáncer de piel se atribuyen a los
rayos UV-B y la disminución de la capa de ozono puede incidir directamente en
este tipo de lesión, que puede llegar a manifestarse hasta 20 años después de
la sobreexposición al sol.
Daños en los ojos; la exposición excesiva de
rayos UV puede dañar los ojos, especialmente la cornea que absorbe fácilmente
esta radiaciones. A veces se producen cegueras
temporales y la exposición crónica se asocia generalmente a la aparición
de cataratas.
Daños a la vida marina; una de las mayores
preocupaciones derivadas de la formación del
agujero de la capa de ozono en la Antártida ha sido la influencia en el plancton marino del incremento de los rayos UV en los mares de
la zona.
Fuente: Internet
Samuel
Tapia Fajardo
Sociedad
Astronómica Orión
Copiapó, Enero
2013
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